Intervención sobre ley de Matrimonio Igualitario

Versión Taquigráfica - Hora 01:09 Buenos Aires, 5 de mayo de 2010.

Sr. Presidente (Fellner).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
Sr. Cuccovillo.- Señor presidente: desde el bloque del Partido Socialista
venimos a dar el total apoyo a este dictamen de mayoría, destacando
fundamentalmente que este es un trabajo de nuestros compañeros, como el ex
diputado Di Pollina y más recientemente la compañera Augsburger, fruto del
esfuerzo y la militancia al servicio de la aprobación de esta iniciativa.
Estuve escuchando distintas exposiciones: me pareció importante la del
señor diputado Felipe Solá, con la que estoy en total acuerdo por las
emociones que me generó; rescato también la intervención del señor diputado
Roy Cortina que dio fundamento a los irrefutables avances científicos,
históricos y sociales del ser humano; la señora diputada Chieno abundó en
datos estadísticos acerca de la vida familiar y el niño, y la señora diputada
Puiggrós habló desde el conocimiento de las distintas construcciones de la vida
familiar.
Algunos pensamos quizás que la vida transcurre siempre igual, pero la
construcción social, el matrimonio y los estados son construcciones culturales,
y no siempre fueron iguales. No fueron iguales hace treinta, cincuenta o cien
años, y mucho menos hace doscientos o mil. Por lo tanto, cuando hablamos de
la familia como una cuestión, eterna no es así; solamente sucede en las
películas. Muchos diputados y diputadas han avanzado sobre las cuestiones de
los derechos y la igualdad. Yo me pregunto qué aporte puedo hacer. La verdad
es que quiero avanzar en mi condición de padre de un hijo gay, un hijo que
entiendo que debe tener igualdad de derechos que el resto de mis hijos.
Tengo tres hijos: dos varones y una mujer. Uno de mis hijos varones es
gay, un ser humano que yo considero que tiene igualdad de derechos y de
sentimientos que el resto de mis hijos. (Aplausos en las bancas y en las
galerías.)
El señor diputado Solá habló de hipocresía; por eso sentí que me
identificaba mucho con su pensamiento y sus emociones. En general trato de
no ser duro porque creo que las cuestiones culturales son muy difíciles de
transformar, y entiendo a quienes no están de acuerdo con este proceso.
Conversando con algunos de mis compañeros les decía que la verdad
es que hubiese querido que quienes hoy están en desacuerdo con este
proyecto tuvieran mayores fundamentos desde lo científico, es decir,
fundamentos concretos. Reconozco en muchos de mis colegas, quizás en
todos, una gran sinceridad y una gran militancia en sus convencimientos, pero
entiendo que no hay elementos científicos concretos ni emotivos que avalen su
posición en la vida cotidiana.
Este hijo mío tiene los mismos derechos que el resto de la sociedad.
Seguramente habrá muchos hijos, hermanos y padres que están en su misma
situación. Cuando nos turnamos para cuidar a mi nieto, mi hijo mayor no piensa
que el que irá a cuidarlo en los días que tenemos asignados es un tío gay que
puede contagiar o deformar al niño. La verdad es que no siento que piense así.
(Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Entonces, señoras diputadas y señores diputados, haciendo una
referencia al respeto que tengo por las diferencias, porque entiendo que las
culturas a veces tardan siglos en modificarse debido a que son muy
resistentes, pienso que el matrimonio es una institución cultural armada por el
ser humano y que se fue modificando a lo largo de los tiempos. Solamente hay
que estudiarlo, hay que leerlo, hay que investigarlo y despojarse de ciertas
cuestiones emotivas o fundamentalistas.
Es desde este punto de vista que quiero hablar: desde el punto de vista
de la igualdad de derechos, de lo cotidiano. La señora diputada Satragno nos
hablaba muy correctamente del sufrimiento de quienes viven esta situación, del
sufrimiento de las familias. Yo me he encontrado con madres que tenían
dificultades para expresar la situación de su hija o de su hijo.
Recientemente la madre de un activo dirigente gay, amiga mía, me contó
que hace pocos años se encontró con esa realidad y le costaba enormemente
aceptarla, pero seguramente le costaba más por el qué dirán desde afuera, por
cómo podía ser juzgado desde afuera. Entonces, cuando decimos, por ejemplo,
que si es gay es buen trabajador, estamos haciendo una discriminación, porque
ese buen trabajador tuvo que hacer mérito desde la infancia para que no lo
noten diferente y tuvo que sufrir desde la infancia… (Aplausos en las bancas y
en las galerías.) …para cubrir las diferencias que pudiera haber tenido en una
sociedad que lo discriminaba.
Por eso me parece que esto es un gran avance de la sociedad argentina
hacia la igualdad.
Este debate serio que hemos dado en esta Cámara con quienes no
están de acuerdo con esta iniciativa es un gran avance. Hoy puedo parafrasear
a Alejandro Rossi, quien en la comisión decía algo así como “Hoy me siento un
poco mejor porque creo que hemos avanzado; más allá de que pensemos
distinto podemos sentirnos un poco más iguales.”
El bloque del Partido Socialista, respetando el trabajo que ha hecho
Silvia Augsburger y el que hiciera Vilma Ibarra en el otro dictamen, así como el
de tantos otros diputados y diputadas, adelanta su apoyo al dictamen de
mayoría. (Aplausos prolongados. Varios señores diputados rodean y felicitan al